Nació el 14 de diciembre de 1883 en Tanabe, ahora conocida como
Prefectura de Wakayama.
Hasta los 14 años tuvo un aspecto débil por su cuerpo menudo y
delgado.
A los 18 años, en 1901, se fue a Tokyo a trabajar como comerciante.
En las noches estudiaba Jujutsu en la escuela Kito Ryu.
Posteriormente volvió a su casa producto de una grave enfermedad.
Cuando se recupero comenzó a desarrollar su fuerza física llegando a
levantar dos fardos de paja de arroz. También acudía a Sakai a
estudiar Yagyu-Ryu Jujutsu. En esa época se dedicó a negocios
pesqueros y participó ayudando a resolver conflictos sobre límites
que tenía su pueblo, lo que le significó mucho aprecio de parte de
la comunidad. En esa época estaba lleno de vitalidad y era difícil
que alguien lo venciera en los concursos de tortas de arroz de su
pueblo. En dichos concursos se golpea el arroz depositado en un
cuenco de piedra. En estos concursos, donde hay que golpear con un
inmenso mortero Ueshiba era capaz de rivalizar al principio con
cuatro jóvenes, después con seis e incluso con diez adversarios a
los que siempre vencía.
Cuando la situación entre Rusia y Japón se hizo alarmante se alistó
en el regimiento Wakayama. Allí demostró sus excelentes cualidades
en todas las facetas del entrenamiento físico, y aunque era un
soldado de a pie llegó a reparar en él el propio comandante del
regimiento. Medía un metro cincuenta y siete centímetros, pero era
muy corpulento y pesaba más de 81 kilos y siempre era el mejor de su
unidad. Como Japón estaba en guerra el entrenamiento era el doble de
duro de lo normal y muchos soldados desertaban. Fue considerado un
hombre valioso en la campaña de Manchuria, porque previno en varias
ocasiones crisis entre las tropas. Al licenciarse, sus superiores le
pidieron que entrara a la academia militar, lo que rechazó.
Cuando volvió a Tanabe, su pueblo fue visitado por Kiyoichi Takagi,
un 3° Dan de Judo, y Ueshiba reunió un grupo de alumnos para que
Takagi enseñara ese arte. Más tarde, Takagi llegó a convertirse en
9° Dan de Judo.
En la primavera de 1910 marchó como colono a Hokkaido, en la
frontera norte de Japón. Sentía mucha ilusión por cambiar de aire y
por la oportunidad de trabajar en una tierra sin desarrollar.
Ueshiba llegó a Hokkaido en marzo de 1911 al frente de un grupo de
pioneros de su región fundando Shirataky.
Comenzó a cultivar la tierra. Aprendió a montar, yendo de un lado
para otro por las montañas y los campos por exigencias de su
trabajo. Fue tan reconocido que en 1911 es elegido miembro del
consejo del pueblo. Asesoró y alentó al Mayor Urataro Kaneshige a
favor de los colonos, y estaba en contacto con la Oficina del
Gobernador en Hokkaido. Organizó una agrupación para que se
construyera la Línea Sekihoku, cuya finalidad era tender una vía de
tren en el distrito, y fue encargado de presidir dicha asociación.
Los habitantes de Shirataki, en 1912 le dieron un pleno voto de
confianza por sus actividades y le llamaron respetuosamente el "Rey
de Shirataki".
En esa época llego a Hokkaido el gran maestro de la escuela Daito-ryu
de Jujutsu, Sokaku Takeda, quien era conocido por su habilidad
marcial como por la dureza de su carácter. La teoría del Daito Ryu
jujutsu es profunda y sus técnicas muy numerosas.
Takeda tenía 44 años cuando conoció a Morihei Ueshiba, que tenía 32,
en el hotel de Hisada, en febrero de 1915. Los documentos de la
Daito-ryu señalan que Takeda enseño particularmente a Ueshiba quien
lo invitó a su casa donde recibió clases intensivas sobre técnicas
altamente refinadas de Daito-ryu y que en 1916 ya había obtenido el
preciado certificado que avala su conocimiento de ese arte.
Ueshiba abandonó Hokkaido en diciembre de 1919, después de conocer
sobre la enfermedad de su padre. Encargó el cuidado de su casa al
maestro Takeda y volvió a su ciudad natal de Tanabe.
Durante el viaje realizo una parada en Ayabe donde se encontraba el
centro de la religión Omoto, para pedir por la vida de su padre.
Desde niño se había inclinado hacia el estudio del espíritu, siendo
profundamente comprendido por sus padres, dado que a los siete años
estudió con el sacerdote Mitsujo Fujimoto, de la Secta Budista
Shingon y a los diez años estudiaba Budismo Zen en el templo Homanji,
en Akitsu. Con los años su búsqueda del alimento espiritual fue
creciendo y rezaba y meditaba constantemente.
Cuando llegó a su
ciudad natal, su padre había muerto. Afrontando la muerte de la
persona más querida, se dice que Ueshiba se puso como meta salir del
estancamiento mental, evolucionar e intentar desentrañar el secreto
del budo. A partir de entonces su vida cambió enormemente. Buscaba
los lugares apartados y rezaba oraciones Shinto.
Ueshiba decidió mudarse con su familia (su mujer, su madre y sus dos
hijos), a Ayaba, buscando la luz que iluminara su corazón. Al pie de
una montaña donde estaba situado el templo principal construyó su
hogar y fue donde instala su primera escuela llamada Ueshiba Juku
Dojo, por recomendación de Onisaburo Deguchi lider espiritual de la
religión Omoto.
Un par de años después, Sokaku Takeda llegó a Ayabe con su familia,
Tokimune, su hijo y posteriormente maestro principal de Daito-ryu
tenía seis años entonces. Takeda estuvo durante cinco meses
enseñando a miembros de la escuela Ueshiba Juku Dojo, y al final de
ese periodo a Ueshiba se le otorgo un certificado, kyoju dairi, que
lo acreditaba como instructor oficial de Daito-ryu.
Takeda se marchó en septiembre de 1922 de Ayabe y se dice que
mantenían un pequeño contacto por correspondencia con Ueshiba.
Ueshiba mantenía un profundo respeto por la habilidad técnica de
Takeda, que además tenía una fuerte personalidad, y por otra parte
Takeda consideraba a Ueshiba como su más prometedor estudiante, pero
su actitud independiente, su orientación espiritual y la obligación
financiera de cancelar tres yens por cada estudiante que inscribía
en su dojo, demuestra los desacuerdos que minaron su relación.
Se puede concluir de este periodo, que Sokaku Takeda enseñó la base
técnica con que Ueshiba posteriormente se elevó como gran maestro en
artes marciales, en tanto Onisaburo Deguchi, líder de la secta Omoto
fue quien ofreció la llave que penetró en su corazón y lo elevó como
gran maestro espiritual.
El tercer hijo de Ueshiba, llamado Kisshomaru gran propulsor de la
herencia marcial dejada por su padre, nació en Ayabe el 27 de junio
de 1921.
En febrero de 1924, Ueshiba acompaño a Deguchi a Mongolia donde
intentaban establecer una colonia de la religión Omoto, el viaje
duró cinco meses. La meta del grupo era llegar a Mukden y
entrevistarse con un general Chino que les ayudaría a ingresar a
Mongolia. Sin embargo China tenía problemas internos y el grupo se
encontró sin ayuda y convertidos en fugitivos. Fueron atacados en
varias ocasiones por soldados Nacionalistas Chinos y por grupos de
bandidos a caballo que merodeaban por la zona. Según se relata en el
libro "El espíritu del Aikido" fueron emboscados y Ueshiba creyó que
la muerte era inevitable y se preparó para el fin, pero al encarar
una lluvia de balas experimentó una imperturbable calma, y sin
moverse de su posición, las esquivaba con un ligero movimiento del
cuerpo. Escapó milagrosamente indemne, y posteriormente él mismo
contó el incidente con sus propias palabras:
No podía moverme de donde estaba, así que cuando las balas venían
volando hacía mí giré simplemente el cuerpo y volví la cabeza.
Pronto, cuando concentré mi visión, pude saber intuitivamente en qué
dirección iba a disparar el enemigo, si apuntaría sus rifles desde
la derecha o desde la izquierda. Podía ver guijarros de luz blanca
centellando justo por delante de las balas. Las esquivaba girando y
volviendo mi cuerpo, y no me daban por poco. Esto sucedió
repetidamente, con apenas tiempo para respirar, pero de repente tuve
una visión interior de la esencia del budo. Vi claramente que los
movimientos cobran vida cuando el centro del ki está concentrado en
la mente y en el cuerpo de uno, y que cuando más me calmaba, más se
calmaba mi mente. Podía saber intuitivamente los pensamientos,
incluidas las intenciones violentas, de los otros, pues la mente en
calma es como el centro inmóvil de una peonza; gracias a la quietud
del centro, la peonza puede girar suave y rápidamente de tal forma
que parece que no se mueve. Esta es la claridad mental y física (sumi-kiri)
que experimenté.
Un incidente posterior en la vida de Ueshiba le convenció aún más de
la claridad que pueden alcanzar una mente y un cuerpo en calma.
Sucedió un día de la primavera de 1925 en su dojo de Ayabe, cuando
fue desafiado por un oficial naval armado con un sable. Ueshiba hizo
frente a su atacante sin armas y cada vez que su adversario golpeaba
con su arma, él movía el cuerpo ligeramente esquivando la estocada.
Los fluidos movimientos evasivos de Ueshiba eran demasiado para el
oficial naval, que pronto desistió, totalmente exhausto.
Posteriormente recordaría este suceso diciendo:
No fue nada; sólo un asunto de claridad mental y física. Cuando el
adversario atacaba podía ver un resplandor de luz blanca, del tamaño
de un guijarro, volando delante del sable. Podía ver claramente que,
cuando centellaba una luz blanca, el sable seguiría inmediatamente.
Todo lo que hice fue evitar los haces de luz blanca.
En este incidente, idéntico a la experiencia vivida en Mongolia,
Ueshiba había sido capaz de percibir, intuitiva e instantáneamente,
incluso el más sutil movimiento procedente del antagónico
pensamiento de su enemigo. En años posteriores, según relata su hijo
en el libro, se referiría a tales percepciones sutiles y visiones
como "las vibraciones del universo" y compondría poemas como el
siguiente:
De pie, entre el cielo y la tierra,
Conectado a todas las cosas con el ki,
Mi mente está resuelta
A hacerse eco de todas ellas.
Así comprendía Ueshiba la esencia, el corazón de su arte y a partir
de ahí desarrolló sus pensamientos sobre el amor y la armonía.
De aquí en adelante el Maestro Ueshiba expresaría que el budo es la
vía de la gran armonía y del gran amor por todos los seres, y que
cada movimiento tiene su origen en el funcionamiento de la unidad
del ki con la mente y el cuerpo.
En 1925 el Almirante Isamu Takeshita, convence al Maestro para
realizar una demostración en Tokyo ante una audiencia compuesta por
Ministros y otras personalidades. Fue tanto el éxito que le
permitieron dictar un seminario de 21 días en el Palacio
Independiente de Aoyama para expertos de alto rango de judo y kendo
del Personal de la Casa Imperial. En 1926, nuevamente fue invitado a
dictar un seminario a oficiales navales y del ejército y
personalidades del mundo de la política y los negocios. En 1927,
Ueshiba decide su traslado a Tokyo donde establece diferentes dojos
en el distrito de Shiba e instruyó a mucha gente en aiki-bujutsu,
aunque ya había un reconocimiento que su enseñanza era más que un
arte marcial tradicional.
En 1936 Ueshiba
decidió que había que distinguir entre las antiguas artes marciales
y la suya, en virtud del contenido filosófico y espiritual que había
incorporado a la suya. Por lo tanto, abandonó el término bujutsu y
lo llamó aiki-budo. Este paso echó los cimientos de esta nueva
escuela.
En 1939 cursó una petición oficial de reconocimiento de su
organización como institución con personalidad jurídica, con el
nombre de Kobukai. La aprobación de la solicitud oficializó su
estilo y el comienzo de una época dorada. El número de estudiante
creció enormemente y el nombre del Maestro Ueshiba se hizo más
famoso que nunca.
El comienzo de la guerra en diciembre de 1941, y el viraje hacia el
militarismo de la sociedad japonesa, obstaculizaron el desarrollo
del arte, cuyo número de alumnos disminuyó notablemente al ser
reclutados por las fuerzas armadas. El gobierno ordenó unificar los
diversos grupos de artes marciales en un sólo organismo bajo su
control. De esta forma, en 1942, se unió el judo, kendo y otras
disciplinas bajo la Gran Asociación Japonesa Marcial.
Aunque el Maestro Ueshiba no expresó objeciones al orden
gubernamental, no estaba contento con esta mezcla, y que su arte
fuera tratado como una forma marcial más, llego a pensar que el
nombre Kobukan Aiki-budo sugería que su arte era simplemente una
rama o estilo Kobukan, por lo que decidió proclamar el nuevo nombre
de Aikido para que su arte se identificara como una forma original y
distintiva del budo.
El maestro Ueshiba demostró con su propio ejemplo que la prosperidad
del arte no se mide por el número de seguidores, sino por la
profundidad e intensidad de la búsqueda personal de la verdad a
través del entrenamiento y la práctica.
El dicho Zen "Reflexionar sobre nuestros pasos" nos advierte la
comprobación de estar siempre en tierra firme y no vernos atraídos
por acontecimientos superficiales.
Mientras se
desarrollaba la guerra, el maestro Ueshiba en compañía de su esposa
Hatsu, se dirigió a la ciudad de Iwama, en la prefectura de Ibraki.
Allí se dedicó a labrar y cultivar la tierra. Construyó un dojo al
aire libre y un santuario de AIKI, como retiro espiritual. Según
Sensei Saotome, en aquella época el maestro Ueshiba decía "El
ejercito comprende un número creciente de individuos que se sirven
ciegamente de su poder. Han olvidado que es necesario socorrer a los
que sufren. Son un puñado de locos que desfilan exhibiendo su
violencia, su intolerancia y su amor a la destrucción. ¡Cómo pueden
ser tan idiotas para atentar contra la Naturaleza y la voluntad del
Kami!
"La via del Budo insufla nueva vida a esta fuerza universal de donde
nacen todas las cosas. La armonía, el amor y la cortesía son los
elementos esenciales del verdadero Budo, pero los que detentan el
poder hoy en día no piensan sino en jugar con las armas. Creen
equivocadamente que el Budo es un instrumento de violencia y
destrucción y desean utilizarme para conseguir sus fines. Me siento
muy alejado de semejante estupidez y no tengo intención de
convertirme en su instrumento."
Ueshiba permaneció fiel a sus ideas y continuo enseñando Budo, que
para él comprendía también el cultivo de la tierra.
Buscaba la perfección a través del Takemusu Aiki. Creía firmemente
que un samurai auténtico debía ayudar a construir un mundo de paz y
proteger toda forma de vida. Dedicaba muchas horas a la oración y
había alcanzado un grado de consciencia espiritual difícil de emular
y vivía casi sin ningún ingreso económico.
En 1948 Japón comenzó a recuperarse de la guerra y sus catastróficas
consecuencias y los norteamericanos levantaron las prohibiciones que
regían sobre la práctica de las artes marciales. O Sensei, que
significa Gran Maestro, continuo su vida en Iwama, trabaja la tierra
y seguía con su programa de entrenamiento y plegarias por la paz del
mundo. De vez en cuando acudía a Tokio, al dojo que dirigía su hijo
Kisshomaru a dictar charlas y seminarios.
Hacia 1959 el
Aikido ya se había extendido por todo Japón y O Sensei era conocido
a nivel mundial. O Sensei permitía que todos practicaran su arte y
lo difundieran, es así que muchos de sus discípulos salieron de
Japón a enseñar al extranjero, convirtiendo el Aikido en un arte que
es patrimonio de la humanidad, como lo han entendido los verdaderos
maestros que lo siguen enseñando bajo los conceptos que lego O
Sensei. Es así, que mucha personas renunciaron a carreras
profesionales y bienestar material, para dar a conocer el Aikido de
O Sensei, para transmitir a todo el mundo esta plegaria por la paz y
la armonía.
O Sensei decía, según expresa el Maestro Saotome, "la gente cree a
menudo que yo he creado el Aikido a partir de la práctica de otras
artes marciales. Pero la Vía del Takemusu es diferente. Ha nacido
del orden del Kami, y yo no he hecho más que seguirla y transmitirla
a otros. Yo no he creado el Aikido. El Aikido es la Vía del Kami y
debe formar parte de las leyes universales. La historia del Aikido
se remonta a la creación del Universo. ¿Crees que un ser humano es
capaz de crear tales leyes? La inteligencia humana es demasiado
limitada para comprenderlas. Si nos olvidamos de dar gracias al Kami,
nuestra vida no tiene ningún valor. Si olvidamos los procesos y la
función del universo, estamos perdidos"
O Sensei fue un hombre iluminado, un verdadero milagro que
transmitió la justicia y la paz. A través de un entrenamiento físico
intenso, explotando todas las posibilidades del cuerpo y del
espíritu humano consagró toda su vida a la búsqueda de la verdad y
al bien de la sociedad. Dejo claro que su arte debe desempeñar una
función primordial en la educación y en el desarrollo de la
humanidad.
El 26 de abril de 1969, el Gran Maestro Morihei Ueshiba pasó
definitivamente al plano espiritual. El gobierno japonés le otorgó
la Orden del Tesoro Sagrado, una condecoración de máximo respeto y
agradecimiento.